lunes, 23 de abril de 2007

CRONICA ROBERT GORDON

ROBERT GORDON
Sábado 21 de abril
La Casa del Loco
Zaragoza

Robert Gordon celebraba su 60 cumpleaños embarcándose en su mayor gira europea en 15 años. No era la única celebración, también se cumplían 30 años de la publicación de su primer trabajo "Red Hot".

El concierto de Zaragoza era el primero de tres que iba a dar en nuestro país, seguiría en Castellón el domingo y en Madrid el lunes. Por lo tanto, teníamos el honor de ser la ciudad que abría la esperada vuelta de Robert Gordon a los escenarios españoles.

Tal era la expectación para verle en directo que hizo que La Casa del Loco registrara una buena entrada. El show duró alrededor de una hora y cuarto, aunque a él lo vimos menos, ya que el Sr. Gordon no está para muchos trotes y se tomó un pequeño descanso a mitad del concierto. Su garganta sufrió más de lo habitual, pero no dejó ninguna duda de la gran voz que posee. El concierto comenzó con problemas técnicos que se subsanaron después del primer tema de la noche "Move It" de Cliff Richard, tras el cual la banda de acompañamiento los finlandeses Red Hot y el propio Robert Gordon desaparecieron del escenario.
Tras su vuelta nos ofrecieron temas como “Rock Therapy” de Johnny Burnette Trio, "The Catman" dedicada a Gene Vincent, "Fire" de Bruce Springsteen... para después dar paso a la banda que hizo un set de temas como "Rawhide" de Link Wray, "Say Mama" de Gene Vincent, "Summertime Blues" de Eddie Cochran o el "Rumble" de Link Wray. El público demandaba la presencia de Robert Gordon en el escenario, que finalmente se produjo ante el júbilo del personal. Fue entonces cuando sonaron temas como "The Way I Walk" de Jack Scott, "Don't be cruel" de Elvis, "The Fool" de Sanford Clark o "Rockbilly Boogie" del Johnny Burnette Trio, con el cual se despidieron de la audiencia zaragozana. Ante el clamor popular, Robert y la banda volvieron al escenario para interpretar el clásico de Billy “The Kid” Emerson, “Red Hot”.

Al finalizar el concierto Robert Gordon atendió a los numerosos fans que se agolparon en la puerta del camerino para hacerse fotografías y firmar alguno de sus discos. Y eso fue todo. Comentarios de todo tipo, buenos, malos, algunos de alivio, otros de sorpresa, pero en fin, lo importante es que tuvimos a una leyenda del rockabilly en Zaragoza, que viendo los tiempos que corren no es poco.

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