Entrevista emitida en el programa #48 (27/01/2011)
El granadino Jose Ignacio Lapido se encuentra embarcado en la gira de presentación de su último y excelente trabajo De Sombras y Sueños (Pentatonia Records 2010). En su parada de Zaragoza, abordamos al ex 091 para realizarle la siguiente entrevista.
Después de dos magníficas obras ¿cómo te has planteado esta vuelta?
El planteamiento inicial no existe en plan premeditado. Yo cuando termino un disco dejo pasar unos cuantos meses y me pongo a componer de nuevo. El siguiente disco debe ser la cosecha compositiva de ese período de tiempo. A veces vienen antes las canciones, a veces se retrasan más, como en este caso, que poco antes de entrar al estudio no tenía bien claro cuáles iban a ser las elegidas, además había alguna sin terminar. Pero no hay un planteamiento de fijar una colección de canciones. Lo que sí tenía claro es que quería hacer unos cambios en el tema de la producción. Desde el disco Tormenta Imaginaria de 091 del año 1993 no me ponía en manos de un productor y creía que tenía que dar una vuelta de tuerca al sonido y pensé el Paul Grau para que se hiciera cargo de todo este tema. Ese era el planteamiento, cambiar el tema de la producción y el otro dejar que salieran las canciones.
Tus influencias son muy evidentes, rock americano cantado en castellano pero cuando Jose Ignacio Lapido se mira al espejo ¿a quién ve o a quién le gustaría ver?
Jajaja, me veo a mi mismo más bien, jajaja. Yo creo que el tema de las influencias está en el subconsciente, desde que empecé a escuchar música desde muy jovencito y es el adn musical que llevas. A estas alturas de curso cuando llevo 30 años, no te planteas vamos a hacer un disco más rollo de esto o de lo otro. Para cualquier creador su aspiración máxima tiene que ser encontrar una voz propia y ese es mi caso. Y aunque todos venimos de algún sitio, nuestras referencias han sido Neil Young, Tom Petty, Creedence y también tienen unos padres. Nadie ha nacido de la nada. Al final de todo está el blues y de ahí venimos todos. Esa es la madre, de ahí brota todo y de la tradición del country americano del folklore que llevaron los emigrantes europeos a Estados Unidos. De la unión de esas dos cosas viene todo.
Tus letras son siempre tristes, parecen como si surgieran de una decepción. La portada que imita los cuadernos Rubio ¿quiere expresar una segunda oportunidad de comenzara escribir con distinta letra?
No particularmente, la portada fue posterior al nacimiento de las letras. Fue una idea del diseñador Alfonso Aguilar que se encargó de los discos anteriores. Me lo planteó y me pareció bien porque yo aprendí a escribir con estos cuadernos. El niño de la portada original estaba muy aplicado escribiendo y aquí lo hemos puesto durmiendo con una serie de pesadillas simbólicas. Tampoco diría que son letras tristes, aunque de la tristeza se pueden sacar emociones positivas y en mi caso hay un escepticismo flotante, un desencanto vital y a veces también rasgos de humor.
Mis canciones favoritas son “El más allá”, “Sueños que dejamos ir” y “La hora de los lamentos” donde canta Miguel Ríos. ¿Por qué has contado con él y me gustaría saber qué ha significado para ti Miguel Ríos?
Miguel Ríos está en el disco porque es amigo mío y ya mostró interés en participar en el disco anterior. Cuando yo empecé en la música, Miguel Ríos era como el padre al que había que matar, es decir, las nuevas generaciones siempre intentan matar al padre. Mis influencias originales fueron el punk-rock y la new wave y Miguel Ríos representaba el sistema musical. Pasado el tiempo y reconciliadas todas nuestras fobias adolescentes, creo que Miguel Ríos es un pionero del rock en España, innovó con las grandes giras, buenas producciones, a parte de que luego es un cantante como la copa de un pino y creo que en la canción que ha interpretado aquí lo demuestra.
También están Eva Amaral y Juan Aguirre ¿por qué están en el disco?
Como a todos por amistad, también Quique González. Con Amaral había colaborado antes con una canción de 091 y había conexión y se lo planteé y ellos no duraron un momento en hacerlo y creo que tanto Eva como Juan han hecho un espléndido trabajo aquí.
Tus discos se publican en Pentatonia Records desde En otro tiempo, en otro lugar, ¿qué te ha hecho desconfiar de las discográficas para editarlos tu mismo?
Yo creo que fue al revés, ellos desconfiaban de mí. Los primeros discos en solitario se publicaron en un pequeño sello de Granada que se llamaba Big Band que al desaparecer me quedé sin compañía. Busqué y no encontré receptividad. Había dos opciones, o quedarme en mi casa esperando que me llamaran o hacerlo por mi cuenta y opté por ello y así estoy desde entonces. Tiene mucho trabajo añadido la autoedición pero cuando ves el disco en las tiendas se te quitan todos los malos ratos que has pasado y te sientes más orgulloso de que todo lo que hay ahí es empeño tuyo.
¿Sabías que hay una iniciativa en Granada para dedicar una calle a Joe Strummer? ¿Cómo fue tu encuentro con él?
Sí, lo había leído en la prensa. Y en cuanto a Joe, pues él apareció en Granada en el año 1984 porque él conocía gente en Granada con los que había coincidido en Londres antes de formar The Clash cuando estaban en el grupo The 101’ers. Vino aquí y nos conocimos allí, al principio no lo reconocimos porque era impensable verlo allí y a partir de entonces surgió una relación de amistad, él era muy simpático, ocurrente y gracioso. Y en la segunda o tercera visita que hizo surgió lo de producirnos el disco de los 091. Siguió viniendo a Granada y su 40 cumpleaños lo celebró aquí. Su pérdida fue un mazazo para todos.
Hace poco Chuck Prophet revisó el London Calling de The Clash. Si tuvieras que elegir un disco ajeno para tocar en directo ¿cuál elegirías?
No soy muy partidario de estas ideas, son buenos ejercicios para recuperar viejas influencias pero si me pusiera a hacerlo lo haría con algún disco que me ha marcado a mí de joven, quizá elegiría el Cosmo’s Factory de Creedence Clearwater Revival o el Stupidity de Dr. Feelgood. Cosas así no muy complicadas porque ponerse con un disco de Led Zeppelin lo vería muy difícil
Y para terminar ¿cuáles son tus planes más inmediatos a parte de la gira?
Seguir tocando y ponerme a componer de nuevo, a ver qué sale.
Gracias y un placer.
A ti.
El granadino Jose Ignacio Lapido se encuentra embarcado en la gira de presentación de su último y excelente trabajo De Sombras y Sueños (Pentatonia Records 2010). En su parada de Zaragoza, abordamos al ex 091 para realizarle la siguiente entrevista.
Después de dos magníficas obras ¿cómo te has planteado esta vuelta?
El planteamiento inicial no existe en plan premeditado. Yo cuando termino un disco dejo pasar unos cuantos meses y me pongo a componer de nuevo. El siguiente disco debe ser la cosecha compositiva de ese período de tiempo. A veces vienen antes las canciones, a veces se retrasan más, como en este caso, que poco antes de entrar al estudio no tenía bien claro cuáles iban a ser las elegidas, además había alguna sin terminar. Pero no hay un planteamiento de fijar una colección de canciones. Lo que sí tenía claro es que quería hacer unos cambios en el tema de la producción. Desde el disco Tormenta Imaginaria de 091 del año 1993 no me ponía en manos de un productor y creía que tenía que dar una vuelta de tuerca al sonido y pensé el Paul Grau para que se hiciera cargo de todo este tema. Ese era el planteamiento, cambiar el tema de la producción y el otro dejar que salieran las canciones.
Tus influencias son muy evidentes, rock americano cantado en castellano pero cuando Jose Ignacio Lapido se mira al espejo ¿a quién ve o a quién le gustaría ver?
Jajaja, me veo a mi mismo más bien, jajaja. Yo creo que el tema de las influencias está en el subconsciente, desde que empecé a escuchar música desde muy jovencito y es el adn musical que llevas. A estas alturas de curso cuando llevo 30 años, no te planteas vamos a hacer un disco más rollo de esto o de lo otro. Para cualquier creador su aspiración máxima tiene que ser encontrar una voz propia y ese es mi caso. Y aunque todos venimos de algún sitio, nuestras referencias han sido Neil Young, Tom Petty, Creedence y también tienen unos padres. Nadie ha nacido de la nada. Al final de todo está el blues y de ahí venimos todos. Esa es la madre, de ahí brota todo y de la tradición del country americano del folklore que llevaron los emigrantes europeos a Estados Unidos. De la unión de esas dos cosas viene todo.
Tus letras son siempre tristes, parecen como si surgieran de una decepción. La portada que imita los cuadernos Rubio ¿quiere expresar una segunda oportunidad de comenzara escribir con distinta letra?
No particularmente, la portada fue posterior al nacimiento de las letras. Fue una idea del diseñador Alfonso Aguilar que se encargó de los discos anteriores. Me lo planteó y me pareció bien porque yo aprendí a escribir con estos cuadernos. El niño de la portada original estaba muy aplicado escribiendo y aquí lo hemos puesto durmiendo con una serie de pesadillas simbólicas. Tampoco diría que son letras tristes, aunque de la tristeza se pueden sacar emociones positivas y en mi caso hay un escepticismo flotante, un desencanto vital y a veces también rasgos de humor.
Mis canciones favoritas son “El más allá”, “Sueños que dejamos ir” y “La hora de los lamentos” donde canta Miguel Ríos. ¿Por qué has contado con él y me gustaría saber qué ha significado para ti Miguel Ríos?
Miguel Ríos está en el disco porque es amigo mío y ya mostró interés en participar en el disco anterior. Cuando yo empecé en la música, Miguel Ríos era como el padre al que había que matar, es decir, las nuevas generaciones siempre intentan matar al padre. Mis influencias originales fueron el punk-rock y la new wave y Miguel Ríos representaba el sistema musical. Pasado el tiempo y reconciliadas todas nuestras fobias adolescentes, creo que Miguel Ríos es un pionero del rock en España, innovó con las grandes giras, buenas producciones, a parte de que luego es un cantante como la copa de un pino y creo que en la canción que ha interpretado aquí lo demuestra.
También están Eva Amaral y Juan Aguirre ¿por qué están en el disco?
Como a todos por amistad, también Quique González. Con Amaral había colaborado antes con una canción de 091 y había conexión y se lo planteé y ellos no duraron un momento en hacerlo y creo que tanto Eva como Juan han hecho un espléndido trabajo aquí.
Tus discos se publican en Pentatonia Records desde En otro tiempo, en otro lugar, ¿qué te ha hecho desconfiar de las discográficas para editarlos tu mismo?
Yo creo que fue al revés, ellos desconfiaban de mí. Los primeros discos en solitario se publicaron en un pequeño sello de Granada que se llamaba Big Band que al desaparecer me quedé sin compañía. Busqué y no encontré receptividad. Había dos opciones, o quedarme en mi casa esperando que me llamaran o hacerlo por mi cuenta y opté por ello y así estoy desde entonces. Tiene mucho trabajo añadido la autoedición pero cuando ves el disco en las tiendas se te quitan todos los malos ratos que has pasado y te sientes más orgulloso de que todo lo que hay ahí es empeño tuyo.
¿Sabías que hay una iniciativa en Granada para dedicar una calle a Joe Strummer? ¿Cómo fue tu encuentro con él?
Sí, lo había leído en la prensa. Y en cuanto a Joe, pues él apareció en Granada en el año 1984 porque él conocía gente en Granada con los que había coincidido en Londres antes de formar The Clash cuando estaban en el grupo The 101’ers. Vino aquí y nos conocimos allí, al principio no lo reconocimos porque era impensable verlo allí y a partir de entonces surgió una relación de amistad, él era muy simpático, ocurrente y gracioso. Y en la segunda o tercera visita que hizo surgió lo de producirnos el disco de los 091. Siguió viniendo a Granada y su 40 cumpleaños lo celebró aquí. Su pérdida fue un mazazo para todos.
Hace poco Chuck Prophet revisó el London Calling de The Clash. Si tuvieras que elegir un disco ajeno para tocar en directo ¿cuál elegirías?
No soy muy partidario de estas ideas, son buenos ejercicios para recuperar viejas influencias pero si me pusiera a hacerlo lo haría con algún disco que me ha marcado a mí de joven, quizá elegiría el Cosmo’s Factory de Creedence Clearwater Revival o el Stupidity de Dr. Feelgood. Cosas así no muy complicadas porque ponerse con un disco de Led Zeppelin lo vería muy difícil
Y para terminar ¿cuáles son tus planes más inmediatos a parte de la gira?
Seguir tocando y ponerme a componer de nuevo, a ver qué sale.
Gracias y un placer.
A ti.
2 comentarios:
Saludos!
Acabo de escuchar vuestro programa por primera vez y me ha gustado mucho. Buenas bandas, buenos temas y buena entrevista a Lapido.
Enhorabuena!
Gracias Lewis.
Saludos.
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